Ecuador
Comerciante mantiene la tradición de vender de harinas de los Andes
AMBATO / Wilson Pinto
“Vea cómo me mantengo. A pesar de mis 65 años me siento joven, con energía y saludable. Eso es porque antes consumíamos coladitas de haba, cebada, maíz, arveja, cauca, así como la máchica y la quinua, que son alimentos de nuestros antepasados”, dice María Martina Chuncha de la comunidad Ambatillo Alto.
Ella vende las tradicionales harinas hechas a base de estos granos andinos. Recuerda que cuando era niña salía con su abuela y madre a comercializar las harinas. Esa labor también la hizo con quien ahora es su suegra, que al igual que antes molía los granos. Esto último –y que aún se mantiene en algunas familias andinas– garantiza la calidad del producto, ya que así es orgánico y no tiene químicos que afectan la salud, afirma. Cuenta que cada harina es pura, que no se la mezcla con ningún otro producto. Por eso, ella hasta la actualidad consume las coladas de sal y de dulce, además de ocas, mashuas, mellocos y otros productos del campo. Ella afirma que por su alimentación sana todavía está joven.
Pero, en cambio, lamenta que en la actualidad las nuevas generaciones no se alimenten con estos productos andinos. Ella llama a los padres y a las nuevas generaciones a enseñarles a alimentarse de manera saludable a sus hijos, consumiendo sobre todo los productos tradicionales de sus tierras como sus ancestros. Y para mantener el patrimonio alimentario, ella continúa vendiendo las harinas que consumían sus antepasados. Lo hace los lunes, miércoles y viernes, días de feria, en la avenida 12 de Noviembre y Espejo. Ahí está desde las 09h00. (I)