Ecuador
Carmen Salazar, sinónimo de ser y ejercer el ‘oficio’ de la maternidad
Ella es madre de cuatro niños y celebra este Día de la Madre con orgullo, al ver a su hija mayor seguir sus pasos en la medicina.
Según sus propios cálculos, unos 4.050 niños han llegado al mundo con la ayuda de sus manos y sus conocimientos. Los números salen de los 25 años en los que Carmen Salazar Carranza (51) lleva ejerciendo como médico ginecobstetra, una profesión que, según cree, la hace testigo constante del milagro de la reproducción.
Carmen Salazar Carranza, médico ginecobstetra. Foto: Diario Qué.
Sin querer y desde el inicio de sus estudios, la vida la fue encaminando hacia esa especialidad que terminó conquistándola, nutriéndola de aprendizajes y acercándola a mujeres que se convirtieron en madres a través de un proceso biológico, pero también mágico.
“En el área de ginecología y obstetricia hay mucha responsabilidad, porque el ginecobstetra siempre trabaja con dos vidas: con la de la madre y la del niño”, asegura.
“Lo que me llevó a involucrarme más en mi profesión es el hecho de que cuando uno recibe un bebé, siente la importancia de la vida. Eso es algo indescriptible. Es intangible, pero es un gozo maravilloso saber que una célula tan pequeña se convierte en un ser humano”, añade la profesional emocionada.
Reconoce y valora las sensaciones de la maternidad, porque ella misma tuvo claro desde joven que quería ser como aquellas mujeres gestantes que pasaban por su consultorio llenas de emoción y dudas.
Compasión y humanidad
Cuando llegaron sus cuatro embarazos no solo que comprendió más de cerca los procesos, las sensaciones y los estados que había aprendido por la teoría, sino que además pudo potenciar su empatía en los lugares en los que ejerció.
“Yo tuve un embarazo de alto riesgo. Mi última bebé, Isabel, tiene síndrome de Down y ahí comencé a comprender muchas cosas más; a veces uno como profesional solo se limita a dar atención, a hacer seguimiento, pero a veces no profundiza más. Por eso trato de entender que cada paciente es un mundo, es diferente”, reflexiona la especialista.
Maternidad deseada
Abigail (23), Rafael (19), Miguel (13) e Isabela (8) fueron quienes le otorgaron a Carmen el título de mamá. Un cargo que ocupa con altivez y responsabilidad, pero también con herencias de su propia madre, en honor de quien lleva su nombre. La especialista asegura que de su mamá, Carmen, aprendió la dedicación a la familia, la devoción incondicional y la presencia constante en la vida de los suyos, aspectos que aplica en su casa, en ese núcleo que complementa con la presencia de su esposo de 25 años, Freddy.
Para este año, su regalo del Día de la Madres es el orgullo de que su hija mayor siga sus pasos. La evidencia de ello es la imposición de mandil de su primogénita, tan solo hace pocos días, en el Hospital del IESS Los Ceibos, el mismo donde ella hoy funge como directora de área de Ginecología y Obstetricia.
Pero también el honor de tener a dos hijos adolescentes sanos y a su pequeña Isabel, la luz que irradia amor en su hogar y el imán que los mantiene unidos. Por eso agradece a Dios, por su rol materno y las bendiciones recibidas.
La familia de Carmen Salazar Carranza. Foto: Diario Qué.
(I)
GUAYAQUIL / PRISILLA JÁCOME
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