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Último aliento, la canción que unió al ecuatoriano Mateo Kingman y al multipremiado Gustavo Santaolalla
La música de raíz indígena y ritmo electrónico es el ámbito en que se desempeña el ecuatoriano Mateo Kingman. Su atrevida propuesta musical, que tiene como protagonista a sonidos grabados directamente de la naturaleza, lo puso en primer plano de la música independiente nacional y lo llevó a internacionalizarse.
Ahora, Kingman revela un tema en colaboración con el multipremiado músico y productor argentino Gustavo Santaolalla.
‘Último aliento’ se titula esta pieza que muestra un Kingman más maduro, lejos del arrebatado rapeo y ‘beat’ de sintetizadores, pero que nace del mismo ímpetu de rescate cultural que protagoniza el nacido en Quito. La mano de Santaolalla se nota e impulsa a Kingman hacia un género distinto en su mundo: la nueva canción latinoamericana. Con arpegio de guitarras arranca una canción que explora la destreza vocal de Kingman. Al contrario de sus anteriores temas, donde hace rap libre y su voz es furiosa, esta vez destaca la melodía y cadencia que lo acercan a esa característica vocal conocida en Mercedes Sosa, la folclorista argentina.
La métrica y musicalidad de las palabras hacen que reviva en el oído el tradicional canto de los pueblos andinos. No hay origen específico, es como ligar la vocalización al alma de una región que recién en estos años viene a recobrar el reconocimiento y orgullo por parte del mundo.
"Que mi espíritu se entregue, sea mi sangre quien riegue las tierras. Que mi cuerpo se haga estrellas, que se haga luz en la niebla", canta Kingman en un ambiente místico y de profunda letra que ya el público liga a la cosmovisión andina sobre la muerte. A dueto se escucha la voz grave de Santaolalla, el ganador de dos premios Óscar por sus composiciones para el cine y productor favorito del ‘boom’ musical latino de principal de milenio. Molotov, Jorge Drexler, Julieta Venegas, Bursuit Vergarabat han pasado por sus manos, siempre con reconocimiento internacional.
Santaolalla agrega al conjunto su digitación del ronroco (charango de 5 cuerdas dobles), instrumento que porta como favorito y revela su conexión profunda con la cultura indígena de la región.
"Que se pierda en las tinieblas toda mi relación con el tiempo", recitan Kingman y Santaolalla en una experiencia musical profunda, misteriosa, trascendente, y que denota de Kingman una capacidad lírica superior.
Junto a la canción se estrenó un videoclip filmado por la ecuatoriana Ana Barragán. En la producción se ve, en blanco y negro, a Kingman y Santaolalla en imágenes oníricas. (O)
Mira aquí el videoclip del tema ‘Último aliento’:
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