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Día del Padre: La familia y el fútbol, los amores de Santiago Wong
La década de los 70 fue la época gloriosa para mi papá en su gran pasión: el fútbol. A sus 15 años logró jugar en los juveniles de su equipo del alma Barcelona y después profesionalmente en la liga deportiva estudiantil en la serie B, pero todo quedó en sueños porque a su corta edad llegamos nosotros, su familia.
Él dice que eran tiempos en que el fútbol se jugaba por amor y que un sueldo de esos no podía sostenernos, pero nunca dejó de ser su deporte predilecto y su familia se convirtió en su nueva pasión.
Tengo recuerdos de mi infancia un poco solapadores, ya que fui su última hija. Por ejemplo, llevándome cargada al jardín de infantes por no querer asistir, frases como “que le hicieron a la bebé” si me encontraba llorando. En mi adolescencia el cambio fue drástico, llegaron las prohibiciones, las reglas, los “ceros permiso” a todo lo que pudiera lastimarme según su criterio, siempre me sentí sobreprotegida, algo normal para una adolescente.
Sin embargo, su mejor forma para prepararme ante el mundo era diciendo que estudie, que me prepare, que nunca dependa de nadie y menos de un hombre. Me entrenó de tal forma que sea lo que sea que pase en mi futuro pudiera defenderme y pueda salir adelante por mí misma y hoy en día lo hago. Fue difícil entender su sobreprotección cuando fui joven y no lo hice hasta que fui madre. Ahora entiendo que todo su cuidado estuvo rodeado de amor y temor que alguien o algo pueda lastimar a sus hijos. Siempre le daré gracias por cuidar de nosotros, de mi madre, de mis hermanos y de mí. (I)