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La vida de película de Maradona, entre la gloria y el abismo, en Cannes
CANNES/AFP
Tan legendario como controvertido, Diego Maradona es objeto de un documental presentado este domingo en Cannes, un estreno al que finalmente el astro argentino no asistirá por una lesión en el hombro.
Dirigida por el británico Asif Kapadia, la cinta sobre la estrella de fútbol cierra la trilogía iniciada con el piloto brasileño de Fórmula 1 Ayrton Senna y la cantante Amy Winehouse, con la que ganó un Óscar en 2016. Una de las estrellas más esperadas de este certamen, Maradona finalmente no acudirá a La Croisette porque se lesionó un hombro, según indicó a la AFP Kapadia. "Se hizo daño en un hombro y seguramente tendrá que operarse", dijo Kapadia.
Sus seguidores esperaban verlo en la alfombra roja, como cuando vino para presentar otro histórico documental, el del serbio Emir Kusturica, en 2008. Nació hace 58 años, pero parece haber vivido más de una existencia. Renació de las cenizas como el Ave Fénix.
Volvió del abismo de las adicciones a las drogas y el alcohol, después de gozar la gloria en las canchas.
Semejante epopeya fascinó a Kapadia, quien dijo: "En cualquier lugar que estuvo, había momentos de increíble brillantez y drama".
Fue campeón mundial en México-1986 y el mejor jugador del mundo de aquella época.
Es una leyenda tanto por el segundo gol a Inglaterra, el mejor en los mundiales como por el primero, con la trampa de ‘la mano de Dios’, en el 2-1 en cuartos de final en el estadio Azteca.
El fútbol en los pies de Maradona se transformó en octavo arte, justo después del cine.
Idolatría
Lo adoraron como a un dios. Así nació la marca registrada de su nombre unida al 10 de la camiseta: D10S. Pero también se ganó enconos furibundos, como el del odio de Dios, como diría en otra época el poeta peruano César Vallejo. No le perdonaron sus turbulentas pasiones privadas.
Tuvo y tiene el don de la gambeta. Esquivaba adversarios en el césped y evitaba la muerte tras cada enfermedad grave. Ahora desconcierta a los que llevan la cuenta de sus hijos. Tiene cinco reconocidos y tres por reconocer ¿Hay más?
Fue ‘El Pelusa’, de niño, en una natal ‘villa miseria’ (asentamiento) de Lomas de Zamora, periferia sur de Buenos Aires. Salió al mundo a mostrarse pero nunca renegó de su origen. Se erigió en hombre político con ideas transgresoras.
"Yo crecí en un barrio privado (…) privado de luz, privado de agua, privado de teléfono…", bromeaba. Lo pintan de cuerpo entero sus afinidades con políticos de izquierda. Incluso, mantuvo amistad con los fallecidos líderes Fidel Castro (Cuba) y Hugo Chávez (Venezuela).
Enfrentó a los poderosos del planeta. Se plantó ante presidentes de la FIFA o de Estados Unidos e incluso ante el papa Juan Pablo II. Es polémico y rebelde hasta la médula.
"Las creencias de los despojados, de los que necesitan creer que Dios está cerca, se identifican con Diego, como antes con Evita", escribió el sociólogo Eliseo Verón.
Un ‘rockstar’
Vivió como una estrella del rock. Exploró las fronteras de lo que se podía decir o hacer, como dispararle balines con rifle de aire comprimido a periodistas que lo acosaban.
Humorista feroz y sarcástico, lanzó frases ingeniosas como "la pelota no se mancha" para destacar la pureza de la pasión. Cuando se le ocurrió conducir un programa de TV batió récords de rating acompañado por Pelé, Xuxa, Rafaella Carrá o Mike Tyson.
Ahora hay un nuevo fenómeno argentino del fútbol: Lionel Messi. Pero su estrella no se apaga, aunque sus hazañas estén en el museo.
En la carrera como DT no dio pie con bola. Con la selección albiceleste fue eliminado del Mundial de Sudáfrica-2010 y tampoco tuvo éxito con equipos de Emiratos Árabes Unidos, entre otros.
Mejor le fue con Dorados de Sinaloa de México, aunque ya se le escapó dos veces un ascenso a la primera división.
No deja de ser carne de cañón de la prensa del corazón. Cada tanto reaparecen romances o escándalos judiciales con exparejas.
Sus atribulados líos de faldas y dinero son tan "de novela" como su genialidad con la pelota. (E)