El lleve, la nueva ‘repelada’ política bailable de Los Corrientes

Los Corrientes inauguraron el silencio electoral con una opinión contundente: en la política hay “lleve”.

La banda guayaquileña de pop experimental, como se clasifican, arrancó en febrero una campaña publicitaria que culminó la noche del pasado jueves 21, con el lanzamiento de un nuevo videoclip titulado El lleve.

Que los billetes ruedan de mano en mano y las fiestas se pagan con fondos públicos; que los contratos para obras requieren un monto por debajo de la mesa; que los medios se hacen los sordos y ciegos ante el despilfarro, son solo algunas de las líneas de la mano de Gerardo Alvarado (Geraré) e imágenes explícitas que entretienen en el video dirigido por David López.

Y no sólo es la clase política la que sale mal parada en esta crítica social bailable. También “lleva una repelada” el funcionario clase media y trabajador de a pie que, convencidos de que el sistema no va a cambiar, se prestan al juego ilegal de sobornos y favores.

“La renta que llega por izquierda cada mes.

Un depósito ‘cash’ en la cuenta del juez.

Un título vacío, sin conocimiento.

Una negligencia que acabó con un muerto”

Con su vocalista y ‘frontman’ Alberto Malavé (Betoman), caracterizado de traje y corbata, los afiches y murales pintados en varios sectores de Guayaquil imitaban a aquellos de los 80.000 candidatos que prueban suerte en las elecciones seccionales 2019, que se celebran este domingo 24 de marzo.

En los cortos videos promocionales de redes sociales se ve a Betoman igual que en la canción: repartiendo billetes con su rostro para lograr votos y amigos.

El quiebre en el videoclip llega casi al final, cuando en la alocada fiesta de políticos, funcionarios, periodistas y militares, aparece "el pueblo" a reclamar.

Ahí saltan dos buenos toques de guion. El primero: Betoman, en su rol de ‘don Dinero’, se lava las manos y se hace a un lado para ver cómo sus exsecuaces se enfrentan a la enojada turba.

Todo bastante cercano a la historia política, si trasladamos la idea a la situación de expresidentes que salieron del país y desde afuera observan (u observaron) la guerra que dejaron.

El otro piquete: los súbditos del “lleve” se enfrentan a sus doppelgängers. Es decir, son ellos mismos pero del lado contrario de la situación, pidiendo la salida de los embaucadores.

Los miembros de la banda representan, al mismo tiempo, a los funcionarios corruptos y al pueblo que reclama. Foto: Tomado de Instagram @loscorrientes

En cuanto a lo musical, la canción tiene “todos los juguetes” acostumbrados por Los Corrientes y algunos detalles agregados. Sobresale la lírica boca-sucia que refuerza el discurso y el acordeón de María Alejandra Cervantes (Doña Pepa) para completar la armonía.

A diferencia de otras de sus canciones, en El lleve la percusión se asemeja a ritmos urbanos, al clásico ‘beat’ del reggaetón de 4 tiempos y acelerado.

En el estribillo parece haber un ‘sampling’ de una canción de electrónica que no alcanzo a recordar aún. Tal vez sea solo un efecto de sonido común en los remixes de discoteca y que sirve para aumentar el ambiente de fiesta.

Tras la primera escucha relacioné El lleve con el estribillo de Extraños seres verdes. Lejos de la musicalización “rockera” de ese tema del disco Sexta Etapa (2014), sí me recordó la fuerza de la crítica social presente en esa letra menos explícita. También está el eco de Especialistas, del Sobremesa (2016). En cada etapa va subiendo la frontalidad con que lanzan sus dardos.

Una referencia externa a la canción es El presidente más sincero del mundo (2018) del rapero José Victoria. Esta aborda la corrupción política desde el punto de vista del presidente de Ecuador y tuvo buena difusión en redes sociales, con más de un millón de vistas en Youtube.

La diferencia es que allí donde Victoria personifica a un hombre cualquiera, Betoman le da cuerpo y voz a un ‘antivalor’ que pareciera imborrable en Ecuador.

En boca de Los Corrientes el mensaje tendría mayor potencial de difusión por ser un grupo ‘pop’. El lleve seguramente tendrá una presentación bastante elaborada en vivo, con secciones de improvisación y coreografías, como nos tienen acostumbrados estos 7 músicos.

Al final, El lleve es una inconfundible pieza de esta banda: tiene sus pausas y silencios, su fusión de instrumentos característicos y voz tomada del rap. Sobre esa base, los guayacos se arriesgan a dar un paso sobre el género urbano, algo que se viene gestando desde el disco Sobremesa, cuando se los sentía más “dance”.

Mantienen aún ese regusto a cumbia y vallenato. Una fusión tropical que crece y es cada vez más difícil de definir, pero que gusta, mueve y que no tiene otra firma que la singularidad de Los Corrientes. (O)