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¿Existen los afrodisíacos? Sí, pero no son los que imaginas: se huelen, disfrutan e intuyen a media luz
Los afrodisíacos son esencias que excitan o estimulan el deseo sexual, según la definición oficial. Pero contrario a las creencias, no se trata de menjurjes, pociones ni hechizos. En esto de las fórmulas amorosas los cinco sentidos son parte importante para conseguir sus fines: sublimar el sexo entre los amantes y el olfato se lleva los honores, según reseña Vogue.
Los aromas dominan el arte de la atracción y seducción silenciosa. Son muchas las notas olfativas que se utilizaban para atraer a la pareja, explica Johan Bergelin, perfumista. El olfato es un sentido poderoso y la memoria olfativa es muy personal, pero sí existen fragancias capaces de estimular el encuentro sexual, de acrecentarlo y prolongarlo.
La rosa, la naranja amarga, el sándalo, el almizcle, la lavanda, el jengibre, la vainilla o el jazmín son notas afrodisíacas. El jengibre levanta el ánimo y aumenta el flujo sanguíneo. El jazmín estimula la libido y favorece la intimidad con su exuberante y dulce fragancia. La vainilla es un afrodisíaco que ayuda a relajarse y el nardo es extremadamente sensual.
En el caso de los hombres, quizás se podría buscar aromas afrodisíacos con componentes que aumenten la testosterona. Para ellos la lavanda, el jazmín, la vainilla y el jengibre. Para ellas, la rosa, la canela, el ylang-ylang. En común, el sándalo. Sin embargo, cada nariz es diferente. (E)