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Jardines Verticales: la solución natural que refresca Guayaquil y conquista las grandes ciudades del mundo
Las paredes de huertos reducen la temperatura de los edificos, disminuyen el aire acondicionado y mejoran la calidad de respiración.
En una ciudad donde el calor no da tregua y las temperaturas pueden superar los 34 °C con facilidad, la necesidad de soluciones urbanas sostenibles es más urgente que nunca. En este contexto, los jardines verticales se posicionan como una alternativa inteligente, bella y eficaz para combatir el efecto de isla de calor, mejorar la calidad del aire y promover el bienestar urbano.
Lo que antes parecía un lujo estético se ha convertido hoy en una herramienta de supervivencia climática. Edificios como Cien Olivos Parc o Marbol Green Plaza, en Guayaquil, ya integran estos muros verdes que no solo embellecen el paisaje, sino que también lo transforman térmica, acústica y ecológicamente.
“Un jardín vertical es mucho más que un elemento decorativo; es una piel viva que protege, aísla y da vida. Es una respuesta urbana y biológica ante el cambio climático”, afirma Danny González, paisajista urbano y responsable de algunos de los jardines verticales más emblemáticos de la ciudad.
¿Cómo refrescan los jardines verticales una ciudad?
Los jardines verticales crean microclimas urbanos al reducir la temperatura ambiente mediante un proceso natural de evapotranspiración. Este fenómeno permite que las plantas liberen vapor de agua, refrescando el aire que las rodea. Además, las fachadas verdes actúan como barreras térmicas, disminuyendo la temperatura interior de los edificios y reduciendo la necesidad de aire acondicionado hasta en un 30 %, lo que representa también un ahorro energético significativo.
En una ciudad como Guayaquil, con clima cálido-húmedo, este efecto es especialmente beneficioso. “La reducción de la temperatura superficial de una fachada puede ser de hasta 7 °C”, detalla González.
Consumo hídrico: menos de lo que imaginas
Una preocupación frecuente es el uso de agua. No obstante, los sistemas modernos de jardines verticales, como los instalados por Vertical Garden Ecuador, utilizan tecnología de riego por goteo automatizado que maximiza la eficiencia hídrica. Por ejemplo, el complejo Marbol Green Plaza, que cuenta con cinco jardines que suman 315 metros cuadrados, consume apenas 165 galones de agua diarios, lo cual es mínimo comparado con el riego de jardines horizontales tradicionales.
Beneficios comprobados:
- Reducción del calor: Las plantas absorben radiación solar y enfrían el entorno inmediato.
- Captura de carbono: Un metro cuadrado puede absorber hasta 2 kilogramos de CO₂ al año.
- Filtración de contaminantes: Retienen polvo, metales pesados y partículas suspendidas.
- Aislamiento acústico: Atenúan el ruido en zonas densamente urbanizadas.
- Fomento a la biodiversidad urbana: Sirven como refugio para insectos polinizadores y aves.
Caso emblemático: El gigante verde de Olivos Parc
Con 15 metros de altura y más de 4.800 plantas, el jardín vertical de Cien Olivos Parc se ha convertido en el más alto de la ciudad y en un verdadero símbolo de arquitectura sostenible. Para su creación se seleccionaron especies resilientes que soportan la humedad, el viento y la alta exposición solar. “El resultado es un pulmón verde que ayuda a que Guayaquil respire mejor”, concluye González.
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Dato internacional curioso: ¿Sabías que…?
El jardín vertical más grande del mundo se encuentra en Bogotá, Colombia. Se trata del edificio Santalaia, que cuenta con más de 3.100 metros cuadrados de vegetación viva distribuidos a lo largo de sus 9 pisos. Este jardín capta aproximadamente 2.000 kilogramos de CO₂ al año y produce oxígeno suficiente para más de 3.000 personas. Un ejemplo de que Latinoamérica está liderando la revolución verde vertical.
El futuro es vertical y sostenible
Mientras las olas de calor extremo se vuelven más frecuentes y las ciudades se expanden, la integración de soluciones basadas en la naturaleza será clave para asegurar la habitabilidad urbana. Los jardines verticales son un ejemplo claro de cómo es posible reconciliar la ciudad con el entorno natural, sin sacrificar modernidad ni eficiencia.
Liderada por Danny González, esta firma ecuatoriana se especializa en el diseño, instalación y mantenimiento de jardines verticales y techos verdes para proyectos residenciales, comerciales e institucionales. Su visión: convertir cada muro en un espacio vivo y funcional, donde el diseño y la sostenibilidad van de la mano.
(PR)
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