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Deportes

Irene Tobar Mera, flamante arquera de Guerreras albas, es garantía de seguridad en los tres postes

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José Tumbaco / Redacción

Su afición por el fútbol nació cuando tenía 4 años. Su papá Jesús Tobar, quien jugó en divisiones menores de Barcelona, era -y sigue siendo- su principal hincha y quien la motivó a inclinarse por el deporte.

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La vida de Irene Tobar Mera, de 33 años años, ha estado ligada al ‘rey de los deportes’ y menciona orgullosa sus orígenes: la Academia Naval Almirante Illingworth, en Guayaquil.

Hoy, la flamante arquera del club Guerreras albas de Liga de Quito, nacida en el puerto principal pero que desde hace 4 años radica en la capital, agradece las arengas de su progenitor, quien vio en su primera hija a una estrella nacional.

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Sus pininos y trayectoria

Su talento en el colegio la llevó a convertirse en seleccionada de Fedeguayas. Irene refiere orgullosa “ser de la escuela de la profe (Wendy) Villón (actual DT de Barcelona femenino)” y gracias a su formación y disciplina, pudo ponerse la camiseta de la selección Sub-20 bajo la dirección del profesor César Zambrano.

Luego integró la selección mayor y pasó por clubes como Deportivo Quito, Rocafuerte, Unión Española, Real Cartagena (Colombia) e Independiente del Valle femenino (Dragonas IDV).

“Haber clasificado al Mundial (Canadá 2015) con la profe Vanessa Aráuz ha sido el logro más importante en mi vida. Para todo deportista llegar a un Mundial es lo máximo que existe, entonces fue una alegría bastante grande que lo recordaré hasta el último día”, señala la jugadora.

Madurez y habilidades

Con Vanessa Aráuz, Irene afirma haber llegado a su madurez deportiva. “Un deportista de cualquier disciplina tiene frustraciones, días buenos, días malos, y sin embargo pude salir de todo eso”, señala.

Su traspaso a Liga de Quito para ser parte de las Guerreras albas fue bastante sonado en el fútbol local. De ello se encargó su representante, pero fue su perfil y currículo deportivo lo que motivó el interés azucena en contratar sus servicios al menos durante una temporada; aunque la guayaquileña aspira a quedarse “hasta cuando pueda” (entre risas).

"El objetivo es llegar a la final de la Superliga femenina y lograr el campeonato. Quiero aportar toda mi experiencia y lo que he aprendido en este tiempo para ayudar a mi equipo y obtener lo que todas queremos", sostiene.

En lo técnico, la portera afirma que su principal virtud en la cancha es la concentración, predisposición y excelente ubicación en el área. "Tengo comunicación con mi línea defensiva, soy una arquera líbero, tengo salida (del área) y trato de cubrir a mis compañeras cuando lanzan balones filtrados", señala Irene, quien tiene como referentes a José Francisco Cevallos en el plano nacional y a estrellas como Iker Casillas, Gianluigi Bufon, Manuel Neuer y Keylor Navas, en lo internacional.

Disciplina, su rutina cotidiana

Irene se levanta todos los días a las seis de la mañana y dependiendo de la rutina establecida se mueven sus primeras horas. Regularmente va al gimnasio y regresa a su casa para desayunar. En estos días está tomando virtualmente un curso de la Conmebol y luego se alista para ir al club, donde almuerza.

Tras un breve reposo, inicia su jornada de entrenamientos a las 14:30, media hora antes que el resto de la plantilla porque las arqueras deben realizar un trabajo preventivo especial. Hasta las 18:00 dura su entrenamiento y finalmente vuelve a su casa situada en el sector de San Antonio.

"La disciplina es muy importante para un deportista de alto rendimiento. Dormir bien, alimentarse bien, hacer sus rutinas previo a los entrenamientos, no irse de farra, no beber. Todo eso es importante si quieres crecer; no será fácil", finaliza.

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