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El fútbol vuelve a puertas cerradas a Alemania por el coronavirus
Berlín – AFP
Después de Dortmund, es el turno del Bayern Munich. Sin encuentros desde hace dos meses, el mundo del fútbol se prepara para vivir este domingo un nuevo encuentro de prestigio en el campeonato alemán a puertas cerradas, mientras el coronavirus deja un reguero de 309.000 muertos y golpea con fuerza a América Latina.
Tras dos meses confinados a cal y canto, en muchos países, en particular en Europa, las restricciones se han aliviado este fin de semana y los aficionados al deporte rey tendrán la opción de sentarse frente al televisor a revivir viejas sensaciones o salir a tomar el aire y, para los más privilegiados, incluso mojarse los pies en el agua de mar. La Bundesliga es el primer gran campeonato que se reanudó el sábado, y para la tarde de este domingo tiene uno de los platos fuertes: el "Rekordmeister" ante la Union Berlin, a las 16H00 GMT. Como la víspera, los encuentros se jugarán a puerta cerrada, pero sin apretones de manos ni niños para escoltar a los jugadores. Más de cinco meses después de aparecer en China, la pandemia que ha puesto en jaque a la economía mundial prosigue su carrera mortífera. "El desempleo, el hambre y la miseria serán el futuro de los que apoyan la tiranía del aislamiento total", tuiteó el presidente de extrema derecha. América Latina y Caribe superaron los 500.000 contagiados y se acercan a los 28.000 muertos.
En Estados Unidos, el país más enlutado con más de 90.000 muertos, las críticas por la gestión de la pandemia arrecian contra el presidente, Donald Trump.
Las últimas, apenas veladas, proceden de su predecesor en la Casa Blanca, Barack Obama, en un gesto poco usual. "Esta pandemia ha enterrado la idea de que nuestros responsables saben lo que hacen", declaró el sábado ante estudiantes. "Muchos de ellos ni siquiera tratan de pretender que son responsables".
En este país, los tres gigantes del automóvil General Motors, Ford y Fiat Chrysler tienen previsto reanudar progresivamente la producción el lunes, pese al recelo de los trabajadores. "Me espero que sea agitado", dice un responsable del sindicato UAW.
En Europa, decenas de millones de habitantes disfrutan de un primer fin de semana de relativa libertad.
Francia ha abierto muchas playas. En algunos casos fueron literalmente tomadas por gente ansiosa de darse un chapuzón tras dos meses encerrados. "Echaba mucho de menos la playa. ¡Solo esperábamos eso, el anuncio de la reapertura!", dice aliviado Nathanael, de 28 años, en Saint-Malo (oeste).
En este país que ha registrado más de 27.600 muertos, los desplazamientos siguen limitados a un radio de 100 km en torno al domicilio y las playas están reservadas a actividades "dinámicas" sin posibilidad de tumbarse a tomar el sol.
Grecia también abrió sus playas privadas pero a condición de respetar algunas consignas estrictas, como la prohibición de poner una sombrilla a menos de cuatro metros de su vecino. Las playas públicas abrieron el 4 de mayo.
En Inglaterra, la gente afluyó a los parques, haciendo difícil respetar las medidas de distanciamiento social, en el primer fin de semana de suavización de las medidas de confinamiento. obligatoria para los visitantes extranjeros y la reapertura de las fronteras a todos los turistas de la UE a partir del 3 de junio.
"Nos enfrentamos a un riesgo calculado, sabiendo que la curva epidemiológica podría de nuevo subir", comentó el primer ministro Giuseppe Conte.
España, que este domingo registró 87 muertos por el coronvirus, la cifra más baja en los últimos dos meses, pretende reabrir sus fronteras aéreas para los españoles y los residentes en España.
Los anuncios unilaterales de reapertura de fronteras son objeto de debate en la Unión Europea, cuya Comisión desea una reapertura "concertada" y "no discriminatoria" de las fronteras internas. Grecia también suavizó las restricciones fronterizas para facilitar la llegada de mano de obra extranjera indispensable para las cosechas, sobre todo para los vecinos albaneses, que no son miembros de la UE. "Sin los albaneses, no tendríamos ni un melocotón", dice Panagiotis Gountis, agricultor de Veria, en el norte del país.
En Nueva Zelanda, la primera ministra Jacinda Ardern no pudo entrar en un café debido a las reglas de distanciamiento social que ella misma decretó cuando quería tomarse un café con un grupo de amigos en la capital Wellington ya que el lugar había alcanzado el número de personas autorizado.
Catar empezó este domingo a aplicar las sanciones más severas en el mundo contra las personas que no lleven mascarilla en público, con hasta tres años de cárcel y multas de más de 50.000 euros.
En todas las partes del mundo, la vigilancia es la consigna mientras se espera una eventual vacuna y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte regularmente contra el riesgo de una segunda oleada de contagios.
En China, donde el coronavirus estaba bajo control, las autoridades se toman muy en serio esta posibilidad.
"Nos enfrentamos a un gran desafío", dijo en la cadena CNN Zhong Nanshan, uno de los principales asesores del ministerio de Salud, señalando que una "mayoría" de chinos es "susceptible de ser infectado" en el futuro.
Zhong también reconoció que las autoridades de Wuhan, el epicentro de la pandemia, escondieron el alcance de la misma cuando surgió a finales de diciembre.
El lunes, los 194 Estados miembros de la OMS se reunirán telemáticamente para tratar de coordinar la respuesta a la pandemia, una cita bajo la amenaza de una confrontación directa entre Washington y Pekín. (D)
En América Latina, Brasil ha superado la barrera de los 15.000 muertos, aunque los expertos consideran que las estadísticas esconden una realidad mucho más trágica mientras el presidente Jair Bolsonaro no para de criticar el confinamiento decretado por algunos gobernadores.
El hecho de proceder unilateralmente "no fortalece lo que debemos hacer para trabajar en solidaridad", lamentó el ministro francés del Interior, Guillaume Castaner,