¿Cómo un plan habitacional de $ 13,5 millones se convirtió en un refugio para el crimen en Sueño Guayaquileño?

Sueño Guayaquileño, es un plan de vivienda de interés social inaugurado el 4 de febrero de 2024, cuenta con 63 bloques de departamentos, 688 soluciones de vivienda. Y se ubica en una zona aledaña a Socio Vivienda 2, noroeste de Guayaquil. Este lugar se convirtió en un refugio del crimen, los residentes viven bajo amenaza.

La presencia de Los Tiguerones divididos en dos facciones rivales, han tomado casas desocupadas como escondites y bases de operaciones, de acuerdo a los hallazgos de la Policía. Además, imponen el pago de "vacunas" a los habitantes y extorsionan a los comerciantes de la zona. Los contratistas del proyecto llegaron a pagar hasta $ 50.000 para poder terminar la obra, que tuvo un costo total de $13.500 millones.

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El diseño del conjunto multifamiliar también facilita la presencia delictiva. Rodeado de zonas boscosas, el sector cuenta con una quebrada en el oeste que se ha convertido en una ruta de escape y escondite de armas. La Policía encontró una maleta con armamento en la zona y logró capturar a cinco presuntos miembros de Los Tiguerones. Sin embargo, otro sospechoso logró escapar.

Durante la intervención del pasado viernes 7 de marzo, la Policía incautó cuatro fusiles, una subametralladora, una escopeta y munición de grueso calibre. Un helicóptero de la Aeropolicial sobrevoló la zona para detectar sospechosos en las terrazas de los edificios multifamiliares.

Las bandas utilizan las azoteas de los edificios de tres pisos para vigilar el movimiento policial. Desde ahí observan el ingreso de uniformados a Sueño Guayaquileño y a los proyectos aledaños de Socio Vivienda 2 y 3, a los que se accede por la vía Perimetral.

Las autoridades investigan si los cinco detenidos en el operativo forman parte de Los Tiguerones Fénix, facción señalada como responsable de la masacre en Socio Vivienda 2, donde murieron 22 personas. En esa incursión, atacaron a sus rivales de Los Tiguerones Igualitos.

Un patrón que se repite en la vivienda social

Sueño Guayaquileño se adjudicó en marzo de 2021, al final del gobierno de Lenín Moreno. Sin embargo, enfrentó retrasos y fallas de planificación. Aunque el plazo de construcción era de 300 días, el proyecto se inauguró tres años después.

El suministro de agua potable es provisional y podría extenderse por seis meses, según el Miduvi. La situación recuerda el caso de Socio Vivienda 2, inaugurado en 2012 durante el gobierno de Rafael Correa, que se entregó sin servicios básicos y terminó como un bastión de Los Tiguerones.

Según Primicias en un informe sobre el tema, el arquitecto Ricardo Pozo, coordinador del Observatorio Urbano y Territorial, advierte que este es un problema recurrente en los proyectos de vivienda social en el país. “No se puede inaugurar un proyecto sin garantizar servicios básicos. En lugar de mejorar la calidad de vida, se la complica aún más”, afirma.

Pozo también cuestiona la ubicación de estos conjuntos habitacionales, construidos en zonas periféricas y con poca conexión al transporte público. “Las familias terminan gastando más en servicios y movilización”, explica. (I)