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"Entre enero y marzo se registraron 200 emergencias de mínimo impacto en Quito por el invierno", detalla directora de Gestión de Riesgos
El plan de atención y prevención de desastres por las fuertes precipitaciones en la capital incluye la limpieza de más de 100 quebradas.
Aunque la capital no ha presentado grandes afectaciones por la época invernal, el Municipio de Quito mantiene activos los controles de respuesta y acción ante posibles inundaciones o deslaves, un problema recurrente en algunos sectores de la ciudad. La directora Metropolitana de Riesgos, Patricia Carrillo, comentó que son cerca de 321 barrios con alta susceptibilidad a este tipo de inconvenientes. Explicó que estas situaciones se experimentaron en áreas críticas como las laderas de Pichincha y quebradas al sur y norte del Distrito Metropolitano.
"Son eventos climáticos extremos, tenemos lluvias atípicas. Los monitoreos son completos y constantes a través del Centro de Operaciones de Emergencia para identificar la amenaza y sus posibles daños. Se ha registrado la misma intensidad de lluvia de un mes, en medio día", aludió Carrillo en entrevista digital con NotiMundo, el 11 de marzo de 2025.
Detalló que de enero a marzo de 2025 se registraron 200 emergencias de impacto mínimo, en las que muchas casas se vieron invadidas por el agua. Según Carrillo, se activaron los organismos de respuesta con protocolos de limpieza y, si se identificaron daños en enseres, se reponen a través de la tasa de seguridad y fondo de emergencia de la Empresa Pública Metropolitana de Logística para la Seguridad y Convivencia Ciudadana (EM Seguridad).
De la misma manera, comentó que el Cabildo implementó el "Plan de eventos climáticos" que alberga acciones en época de sequía y lluvias. Aludió que el cronograma no solo incluye protocolos de respuesta, sino prevención. Relató que ejecutaron operaciones de mitigación en 112 quebradas, alojadas en 34 parroquias de Quito. "No se pueden evitar los fenómenos naturales, pero podemos hacer que el daño sea menor. Analizamos los estragos y entregamos asistencia humanitaria en los escenarios que lo necesiten", apuntó Carrillo. Por el momento, el sector de Pacto, ubicado al noroccidente de Quito, mantiene dos movimientos de masa activos. Explicó que hay grietas que encendieron las alertas en los ciudadanos y las autoridades. De presentarse un evento mayor, al menos 49 familias resultarían afectadas. Para contrarrestar el daño, el Instituto de Investigación Geológica, el Instituto Geográfico Militar y la Corporación Municipal monitorean el bloque constantemente.
"Eso nos ayudará a saber en tiempo real cómo se comporta el evento y así pondremos a los vecinos a buen recaudo. Además, se entregarán bonos multipropósitos y asistencias que están dentro del marco de ley para que busquen otros lugares de arrendamiento y tenemos un alojamiento temporal instalado en Pacto Loma", enfatizó la servidora.
A manera de prevención, Carrillo indicó que la Empresa Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento se encargó de la limpieza de estructuras de captación para evitar sedimentos, como los aluviones. Mientras que la Empresa Metropolitana de Obras Públicas (EMOP) mantiene los cruces viales despejados y efectúa otros controles. Carrillo comentó que, para mitigar o evitar que las inundaciones se presenten en Quito, mantienen las mingas de limpieza en las quebradas. Sin embargo, cuestionó que al poco tiempo que regresan a esos lugares encuentran más toneladas de basura, electrodomésticos, llantas, muebles o jaulas de animales de crianza, como gallos o cuyes, en medio de los caudales.
"Respetamos los medios de vida de los quiteños, pero hacemos un llamado para trabajar en conjunto; se necesita un compromiso. Es un trabajo de todos. Si nos unimos, los resultados serán beneficiosos", dijo la funcionaria.
Además, recomendó evitar los procesos constructivos de las viviendas o "tener conciencia al hacerlos". Carrillo mencionó que hay ciudadanos que deciden edificar sus viviendas en lugares de extremo peligro. Apuntó que muchos no tramitan los permisos respectivos y no hay un estudio previo de posibles daños.
"Muchas veces no saben ni el tipo de suelo sobre el que hacen su casa y cuando estos entran en saturación, no tienen oxigenación y no tienen agua, están en riesgo de colapso. Después la montaña se viene abajo y lamentamos las consecuencias. Hay gente que tiene su hogar al filo de la calzada y con una mínima separación de las laderas", concluyó Carrillo.
(I)
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