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Día de la Madre: Linda Beltrán se dedica a los negocios desde hace más de una década, pero la mejor empresa es la que construye en familia

Para ella ser madre y esposa no representa ningún obstáculo para cumplir sus metas.

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Linda Beltrán nunca se imaginó que para realizar su trabajo vestiría con ropa formal y no con una bata médica. Su entrada al mundo de los negocios fue una oportunidad maquillada de casualidad que no demoró en descubrirla.

Con su propósito fijo en ser doctora inició sus estudios en Medicina, en 2009. Tras la muerte de su padre y la necesidad de dinero para costear la carrera, Linda decidió crear su emprendimiento de deshidratados, elaborados de manera artesanal. Su idea resultó exitosa, tanto así que llegó a exportar sus productos. Fue en esos momentos que empezó a sospechar de su potencial profesional para el futuro.

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“Mi plan era estudiar un semestre y el siguiente semestre trabajar, lo cual no era viable, pero para una mente joven todo era posible. Me fue tan bien que dije capaz que lo mío son los negocios. Así que me quedé en esta área y nunca más regresé a estudiar Medicina”, cuenta Linda por videollamada desde Houston, en Estados Unidos, donde viajó para asistir a una feria que acogió a las empresas petroleras más grandes del mundo.

Poco tiempo después, Linda volvió a la universidad, pero en ese entonces para estudiar Negocios Internacionales. Más tarde se especializó en Automatización de Procesos Industriales, en China.

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Pese a que el camino no ha sido fácil, sostiene, en 12 años ha logrado crear 12 negocios exitosos. Actualmente lidera la compañía Growco, de la que se derivan tres empresas: una dedicada a la importación de maquinarias industriales, otra de consultorías para empresas y otra de abastecimiento de insumos químicos.

Su mejor empresa

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Pero la empresa más importante para Linda es la de su hogar, esa que construye desde hace más de una década junto a su esposo y que con paciencia y comunicación se encamina por el mismo éxito de las demás.

Su proyecto de vida tomó un nuevo rumbo con la llegada de su pequeño Noa, hace tres años. Así como ocurre con los negocios que deben hacer ajustes y aplicar estrategias para afrontar un reto, Linda ha tenido que hacer algunos cambios y desarrollar algunas habilidades en el camino tras convertirse en madre.

Este corto tiempo de maternidad ha sido suficiente para que Linda pueda experimentar distintas situaciones que atraviesan las madres que se dedican a las ventas en estos tiempos. Por ejemplo, en una ocasión tuvo que interrumpir su periodo de lactancia en la oficina para atender a un ejecutivo que quería dialogar con ella. "En ese momento tuve que entregarle a mi bebé a una persona que es parte de mi equipo para hablar con él. Mientras tenía esta conversación se escuchaba el llanto de mi niño de fondo. Me dio mucha pena escucharlo llorar", recuerda. También comenta que una vez le tocó lidiar con una persona que no podía creer que una mujer esté al mando de una empresa.

Sin embargo, todas estas experiencias la han fortalecido no solo en lo laboral sino también en lo personal. "Como madres debemos convertir estás cosas en fortalezas, en metas que nos lleva a cumplir lo que queremos para nuestras familias", concluye. (I)

 

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