Cirujano plástico que atendió a Jesse Sari y la clínica donde se operó se pronunciaron por su fallecimiento: El joven viajó de Estados Unidos a Cuenca para hacerse una rinoplastia

La lamentable historia de Jesse Sari, un joven de Estados Unidos que vino a Ecuador para hacerse una rinoplastia, ha trascendido a las redes sociales. El ciudadano americano entró al quirófano pero no volvió a salir y ahora su familia clama justicia.

De lo expuesto por sus propios allegados se sabe que desde hace un año, el joven de 19 años, se puso en contacto con una  Clínica de Cuenca para realizarse la operación. Luego de concretar la atención, el 11 de octubre de 2022 ingresó al establecimiento para hacerse el procedimiento, pero falleció.

Quién era Jesse Sari

Según su familia, Jesse nació en Estados Unidos pero es hijo de migrantes ecuatorianos. Precisamente con su madre llegó al país el año anterior para la cita evaluatoria. En un inicio la intervención se realizaría el 10 de octubre pero se aplazó para el día siguiente.

Incluso se dio a conocer que la cirugía se realizó en una clínica diferente a la que se le mencionó desde el principio. El padre de Jesse, Walter Sari dijo a Vistazo que cerca de las 12:00 de ese día el cirujano indicó que todo salió bien, el problema vino después.

Se supone que el médico dejó al muchacho en manos del anestesiólogo, pues en un promedio de 15 minutos tras la cirugía debía despertarse, sin embargo eso no pasó.

“Mi hijo sufrió una falla multiorgánica, todos los órganos estaban mal”, expresó el padre, quien en ese momento estaba en Estados Unidos. Cuando los médicos se dieron cuenta de la situación lo llevaron a cuidados intensivos de la clínica donde originalmente se lo atendería.

En ese momento empezó una lucha por hacer que Jesse despierte, lo que incluyó elevados gastos para su familia, pero tres días después falleció. Fue así como empezaron una demanda contra el cirujano plásticoel anestesiólogo y el dueño de la clínica.

Esto fue lo que reveló la autopsia

De acuerdo con  la autopsia Jesse tuvo complicaciones con la sustancia propofol, que se usa en la anestesia general, pero esta habría estado adulterada, lo que ocasionó una reacción negativa en el organismo del joven.

Incluso se presume que desde el inicio de la operación ya presentó problemas en su cuerpo, pero los médicos no contaban con el equipo necesario para percatarse del fallo en la clínica en la que se realizó la intervención.

De esta forma, la defensa de la familia Sari coloca la responsabilidad de su muerte en manos del cirujano plástico, el anestesiólogo y la clínica que proporcionó el fármaco. La causa de muerte fue un daño multisistémico en sus órganos.

Esto manifestaron desde la clínica y el médico

Días atrás en entrevista a medios de comunicación el encargado de la Clínica Cisneros se pronunció sobre el caso de Jesse: "Nosotros alquilamos las instalaciones a diversos cirujanos … hicimos un contrato verbal …Ellos son los tratantes y los que tienen que decidir qué hacer con el paciente. El paciente estuvo desde la 13:00 hasta las 18:30 que no despertaba entonces decidieron llevarlo a otro lado", dijo el médico Galo Cisneros.

Sobre el medicamento, indicó que este se entrega a los especialistas y ellos lo administran. Los tratantes de Jesse habrían dicho que el fármaco estaba adulterado "pero no se sabe si es verdad", resaltó Cisneros.

Previamente, el médico tratante de la rinoplastia de Jesse, Cristian Cordero, emitió un comunicado personal en el que se solidariza con la familia Sari por el fallecimiento del joven pero dice que el hecho no tuvo nada que ver con su intervención, sino con la administración del anestésico intravenoso contaminado.

Además cita a la Organización Mundial de la Salud, que advirtió meses atrás sobre la falsificación y contaminación del medicamento en la región y también en Ecuador.

Señala que colaborará con la justicia para esclarecer el caso, pero exhorta al vendedor del medicamento para que responda de la misma manera. (I)