Guayaquil: La DIS organizó jornada de sensibilización por el Día Internacional del Bastón Blanco

Eran las 09:00, cuando la señora Patricia Ordóñez llegó a la calle Malecón y Diez de Agosto, esquina noreste, frente al Municipio de Guayaquil, ahí, con los ojos vendados, intentaba cruzar la calle con la ayuda del ‘bastón blanco’, que comúnmente utilizan las personas no videntes para movilizarse.

Esto fue parte del ejercicio de sensibilización con las personas ciegas, realizado con personal de la Dirección de Inclusión Social (DIS) y usuarios del centro municipal de no videntes Cuatro de Enero, Día internacional del Bastón Blanco. El objetivo de este ejercicio consistió en vivir la experiencia de cruzar la calle con los ojos vendados, con el empleo del bastón blanco.

“Tenía miedo de caerme pero sentí la seguridad de la guía.  Esto permite saber lo importante que es tenderle la mano a quien tiene algún tipo de discapacidad. Si yo pasara por esto fuera duro. Son guerreros, que teniendo una discapacidad tienen mayor disposición que nosotros que poseemos la vista”, expresó Ordóñez.

En este criterio coincide el ciudadano Leonardo Huerta, quien dijo haber sentido nervios. “Tenía que preguntarle a mi guía y estar atento a lo que él me diga, tenía miedo de caerme. Él me decía tranquilo, pero no sabía en qué momento,  me tocaba subir las escaleras. Esta experiencia nos permite tenerle respeto  a las personas con discapacidad, desde su nacimiento o que haya ocurrido en el transcurso de la vida. Mi abuelo tiene glaucoma y el ahora solo ve con el ojo izquierdo”, dijo Huerta.

De esta manera, la Alcaldía de Guayaquil a través de la Dirección de Inclusión Social celebró el Día internacional del bastón blanco, con esta campaña de cultura inclusiva, que se realizó en tres puntos de la ciudad, Municipio de Guayaquil, avenida Malecón; Mall del Sur, avenida 25 de Julio y en el interior de la Terminal Terrestre, para que la ciudadanía pueda comprender a las personas con discapacidad.

Al respecto, la directora municipal Ximena Gilbert indicó que se ha hecho una sensibilización "para que las personas que si pueden ver, se pongan en el zapato de los que no ven". Dijo que la visión de la alcaldesa Cynthia Viteri es que "seamos una ciudad inclusiva, que además de todas las obras y servicios que damos a las personas no videntes, nosotros también podamos educar a la ciudadanía, sensibilizarla y poder generar una cultura inclusiva. Que todos los demás, que no tenemos discapacidad, podamos entender a quienes tienen discapacidad”, manifestó Gilbert.

Para Jonathan Bastidas, quien posee discapacidad visual, es importante la campaña de sensibilización a la ciudadanía sobre el mundo de las personas no videntes. “Me siento contento que hay una entidad municipal, que se encarga y se preocupa por velar, que la sociedad conozca el otro lado, que muchas personas desconocen sobre la discapacidad. El centro de apoyo “Cuatro de Enero” junto a la Municipalidad de Guayaquil ya está ayudando mucho. Esta información se trasmite, la persona que vivió esta experiencia le comunica a otra y esto va avanzando”,expresó.

Atención gratuita a personas que pierden la visión

El Centro Municipal de apoyo para personas con discapacidad visual ‘Cuatro de Enero’, ubicado en las calles Machala y Bolivia, brinda atención de manera gratuita a niños, adolescentes y personas de la tercera edad que hayan nacido o adquirido ceguera, para potenciar sus habilidades y puedan tener inserción social.

La directora de Inclusión Social, Ximena Gilbert, resaltó que, el Centro Municipal ‘Cuatro de Enero’, no solo ayuda a las personas, que nacen sin la visión, sino que ayuda a las personas adultas, que pierden esta facultad por enfermedad y por diferentes situaciones.

“Les damos atención psicológica para que no se depriman y les enseñamos a salir al mundo con su discapacidad. Tenemos profesores con orientación en movilidad, que le enseñan a usar el bastón, se realiza rehabilitación para prepararlo en la reinserción a la sociedad, de cómo manejarse en la vida diaria y pueden volver a vivir una vida plena”, concluyó Gilbert. (I)