Así es como la Fundación Otoño Inolvidable transforma vidas
Síguenos en
Publicidad
Publicidad

Comunidad

Fundación Otoño Inolvidable: Un refugio de compañía para los adultos mayores

Publicado

el

Desde su creación en 2014, este espacio en Guayaquil brinda apoyo integral a los adultos mayores a través de actividades recreativas, alimentación y compañía.

Beneficiarios de la fundación disfrutan del taller semanal en un ambiente de alegría y comunidad. Foto: Qué! Noticias.
Publicidad

La edad no es la que te hace viejo, sino la falta de relacionarte con otros”, afirma Luis Córtez, mientras observa el bullicio alegre de los beneficiarios. Los jueves por la mañana, el patio de la fundación “Otoño Inolvidable” se llena de risas, chistes y complicidad mientras los beneficiarios realizan sus actividades de taller con entusiasmo.

Es un lugar en donde los adultos mayores pueden encontrar paz, un espacio en donde se sienten comprendidos, que sus necesidades de interactuar y compartir son atendidas. Desde que abrió sus puertas el 25 de septiembre de 2014, la fundación ha sido un refugio de esperanza y compañerismo para adultos mayores, a los que no les brindan tan sólo alimentos, actividades y terapias, sino un espacio de comunidad.

Publicidad

Actividad de martes de oración en la fundación "Otoño Inolvidable". Foto: Qué! Noticias.

El origen de la fundación

La historia de la fundación está profundamente arraigada en el trabajo voluntario de su fundador, Luis Enrique Córtez. Pero más que su profesión o sus estudios, fue su historia personal la que lo empujó a empezar esta iniciativa que beneficiaría a una población que cada vez es tomada menos en cuenta por la sociedad.

Córtez, economista de profesión con maestrías en Educación y Administración de empresas, jamás imaginó que el proyecto que concibió durante su maestría en Administración se convertiría en un pilar fundamental para la vida de decenas de adultos mayores en la comunidad guayaquileña. Sin embargo, no fue una clase lo que lo inspiró a soñar con esta iniciativa, sino una experiencia mucho más íntima y dolorosa: el proceso de duelo por el fallecimiento de su hermana a causa del cáncer.

A los 30 años, en medio de aquel tormento, encontró en el voluntariado una forma de canalizar su dolor y brindar apoyo a quienes más lo necesitaban. Primero, en la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca), y luego, gracias a la labor voluntaria de un amigo, identificó una realidad innegable: los adultos mayores carecían de un espacio propio, un lugar donde sentirse escuchados, acompañados y valorados.

Actividad de jueves de taller en la fundación. Foto: Qué! Noticias.

"Este proyecto no nació en la maestría, tal vez se originó en ese entonces, pero la motivación viene de antes porque mi hermana sufrió de cáncer, falleció de cáncer, y en ese tiempo me encontré realizando un voluntariado en Solca", comenta Córtez con la voz cargada de emoción. Aquellos años marcaron un antes y un después en su vida. El hospital se convirtió en un segundo hogar, un lugar que lo inspiraba a tratar de buscar el lado bueno. Ver de cerca la lucha de los pacientes y el desgaste de sus familias le hizo replantearse muchas cosas.

Lo que comenzó como una manera de acompañar a su hermana en su proceso terminó por abrirle los ojos a una realidad más grande. En Solca, no solo vio la fragilidad de la vida, sino también la necesidad de apoyo y compañía que tenían muchas personas, en especial los adultos mayores, quienes muchas veces enfrentan la enfermedad en soledad

Lejos de ser un lugar que inspire compasión, la fundación “Otoño Inolvidable” es un hogar donde sus beneficiarios disfrutan de actividades recreativas que los mantienen activos y organizan fiestas mensuales para fortalecer el sentido de comunidad dentro de sus paredes. No es un lugar de soledad, sino un lugar de experiencias compartidas y de crecimiento, en donde siempre se podrá salir con una buena anécdota.

Dibujo de actividad de taller de Fresia Salinas. Foto: Qué! Noticias.

No es un espacio lastimero; es un espacio de alegría. Nosotros hacemos una fiesta por mes, todos los meses hay fiesta. A esta edad necesitas compartir, sentirte bien”, enfatiza Luis Córtez. 

En el caso de los mayores, ellos ven a la fundación como una gran ayuda para su desarrollo personal. “Uno sale de esa monotonía de todos los días. Nosotros no debemos de arrimarnos, porque nosotros mismos buscamos enfermedades donde no las tenemos” comenta María Germania Arévalo, beneficiaria de la fundación “Otoño Inolvidable” desde hace 2 años.

El impacto de la pandemia

La llegada de la pandemia tuvo un impacto devastador en las personas mayores, quienes no solo enfrentaron el miedo al virus, sino también el aislamiento extremo. “En la pandemia nos afectó a todos, más a los adultos mayores porque eran los más vulnerables”, recuerda Luis Cortez. Durante las primeras semanas, la fundación tuvo que detener sus actividades. “Por el miedo, por el encierro, no hicimos nada al inicio”, explica. Pero la necesidad seguía ahí, creciendo cada día.

Tras unas tres o cuatro semanas, cuando la relación comunitaria comenzó a reactivarse poco a poco, la fundación encontró la manera de adaptarse. Aunque los adultos mayores aún no podían reunirse, comenzaron a entregar alimentos y a llevar ayuda directamente a sus hogares. Mientras tanto, el Gobierno permaneció ausente, sin ofrecer apoyo ni soluciones para una población que ya de por sí enfrenta enormes dificultades. 

Esta falta de asistencia estatal se evidencia en cifras preocupantes. Según el Índice de Registro Social (IRS), en 2018 se identificó que el 76 % de la población adulta mayor vivía en condiciones de pobreza y pobreza extrema, mientras que el 18 % pertenecía al rango de no pobreza y/o estado de vulnerabilidad. Además, el 6 % carecía de Registro Social, pero se encontraba en situación vulnerable. Pese a la gravedad de esta problemática, el respaldo por parte de los ministerios y el Estado no ha aumentado.

En 2024, un reporte del Ministerio de Inclusión Económica y Social reveló que la cobertura de prestación de servicios a adultos mayores registró un déficit del 31,9 % en comparación con el periodo comprendido entre enero de 2023 y enero de 2024, lo que refleja una disminución en la provisión de servicios esenciales.

A pesar de eso, actualmente, Carlitos, Frecia, María, y otros 82 adultos mayores reciben alimentación y asistencia en la fundación, además de actividades que fortalecen su autoconfianza. La inclusión es uno de los principios fundamentales de la fundación. Aunque la mayoría de los destinatarios son mujeres, la fundación también recibe hombres, a pesar de que tienen mayores dificultades para aceptar que se están haciendo mayores.

Beneficiario participando en las actividades de taller. Foto: Qué! Noticias.

A los hombres no les gusta ser viejos. Siguen sin querer aceptarlo”, reflexionó Córtez. No es solo el paso del tiempo lo que les pesa, sino lo que significa en una sociedad que, en lugar de valorar la experiencia, la convierte en una carga. Envejecer, para muchos, se vuelve sinónimo de perder autoridad, independencia y respeto. Prefieren negarlo antes que enfrentar el rechazo silencioso de un mundo que les cierra puertas, que los vuelve invisibles y que, en muchos casos, los reduce a una cifra en un sistema que ya no los considera productivos.

Los requisitos para ingresar a la fundación incluyen la recomendación de un beneficiario actual, para garantizar la seguridad de todos. Además, la fundación trabaja de cerca con la Iglesia Cristo Redentor y recibe apoyo de empresas como una cadena de supermercados, que contribuyen con alimentos de manera mensual.

Un hogar para el futuro

El sueño de Luis Córtez aún no se ha realizado del todo. La fundación espera en el futuro servir como un hogar temporal para personas mayores que necesitan un lugar donde quedarse mientras sus seres queridos viajan. Esto permitirá a los beneficiarios encontrar un lugar donde vivir, ser atendidos y sentirse incluidos en la sociedad, sin quedar expuestos a la soledad.

"Yo tuve un evento hace 6 meses y gracias a Dios que estoy vivo. Ellos rezaron y me visitaron, y… eso no tiene comparación. Era ver que no solo eres alguien que das, sino que has creado familia. Creo que hemos construido una comunidad muy bonita", cuenta Luis Córtez, de 61 años, con una sonrisa. (I)

 

Valentina Morillo
Valentina Morillo
Qué Noticias!

[email protected]

Publicidad
Publicidad

Contenido patrocinado

Advertisement
Advertisement

Últimas Noticias

Advertisement

Lo más leído

© 2022 ¡Qué Noticias! Todos los derechos reservados.

Tarifario de servicios

Quiénes somos

Según el Art. 60 de la Ley Orgánica de Comunicación, los contenidos se identifican y clasifican en: (I),informativos; (O), de opinión; (F),formativos/educativos/culturales; (E), entretenimiento; y (D),deportivos.