El amor de un hogar quiteño abarca a tres peludos

Para Carolina Cuestas, comunicadora social de 25 años, el amor se puede manifestar de cualquier forma y hacia cualquier ser vivo. Con tres mascotas rescatadas en su casa, Carolina demuestra que con los peludos también se puede tener una "conexión especial".

Tiene dos perros, el Charras y la Filomena, y una gata llamada Sophia, que con un carácter particular le gusta que la llamen Chipi.

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“El amor es a todo ser viviente y ellos son parte de mi familia y sobretodo por las circunstancias en las que vinieron. Les cuido y les demuestro que no todo el mundo es malo”, afirma la amante de los animales.

A Sophia la encontró al volver a su casa de la Universidad, fue la primera a la que rescató, estaba ensangrentada y sucia, perdida en la calle. “La llevé a mi casa, la limpié y la llevé al veterinario”, desde ese evento ya han pasado 5 años.

Luego vino Charrascán o el Charras, “lo abandonaron junto a un basurero", no tenía malas condiciones de salud, según lo que le dijo el veterinario, sin embargo por fuera lucía descuidado, pero con una buena ‘peluqueada’ se ganó el amor de la familia hace ya 4 años.

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Hace 6 meses llegó Filomena, un amigo de Caro le comentó por teléfono de su abandono, se quedó en la calle luego de que sus dueños la sacaran del departamento porque supuestamente no les permitían tener mascotas. A su nueva dueña no le importó darle cabida.

Así es el amor que Caro tiene por los animales, darles un espacio en su hogar no le cuesta. Dice que desde pequeña sintió esa necesidad por ayudar a los peludos. “Cada que veía un animal en la calle me ponía triste”, recuerda. Ahora, aprovecha cada oportunidad que tiene para buscarles hogar a perritos o gatitos que así lo necesiten. (I)