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“Me mataron a mi negrita, a mi Roxana”: El indescriptible dolor de los familiares y amigos de una de las víctimas del atentado en el sector Cristo del Consuelo

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La Calle 8 del sector Cristo del Consuelo, en Guayaquil,  es, desde la madrugada del domingo 14 de agosto de 2022, una zona de guerra no declarada en la que la población civil puso los muertos.

El atentado con carga de explosivos deja no solo devastación en inmuebles, desgarra de dolor el corazón de los familiares y amigos de los cinco muertos y 16 heridos, a los que la maldad tocó aparatosamente sus puertas en este acto tildado de terrorista.

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Una de las víctimas fatales en el populoso barrio Cristo del Consuelo es Roxana, una corpulenta mujer, de piel morena y sonrisa amplia.

Como homenaje póstumo a esta madre, reproduciremos la conmovedora despedida que, en redes sociales, hace la psicóloga infantil Pao Cercado.

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El Ministerio de Gobierno calificó este suceso como un "acto de terrorismo" y se comprometió a identificar y castigar a los responsables del atentado. Foto: Jorge Guzmán

“Qué le digo a la mamá de Roxana”: drama en "Cristo del Consuelo"

“Me mataron a mi negrita, mi loca, mi Roxana. Trabajó conmigo por más de cinco años y se convirtió en mi familia, ella era mi amiga”, dice con dolor Cercado.

A sus seguidores, Cercado muestra una foto de Roxana en la que se ve, feliz, abrazando a un par de perros.

Roxana, informa Cercado, fue víctima del atentado en Cristo del Consuelo.

Deja huérfano a un pequeño de 8 años, Yeremy, y la psicóloga infantil manifiesta que le parte el corazón solo pensar cómo estará. El niño resultó herido.

“Qué sentirá cuando le digan que su mamita ya no respira más. Cómo le explico a su mamita, una adulta mayor, que su hija no volverá a casa luego del trabajo para darle su comidita. Cómo le contamos a su nieta de 3 años que su "Xana", como le decía con amor, no la abrazará más”.

Una casa hecha pedazos, una familia rota

Pao Cercado, quien es vicepresidenta de la Asociación Ecuatoriana de Bienestar Infantil, impactada por esta tragedia, saca fuerzas para que se sepa quién era su amiga y cómo queda su familia.

“Cómo acepto que no me quemarán las tostadas en las mañanas, mientras una risa traviesas se delata”, expone para revelar cuanta cercanía se tenían.

La casa de Roxana, afirma, “fue la más afectada, quedó hecha pedazos. Queda una familia rota, sin casa, sin dinero… Para las personas que deseen realizar donaciones para su familia, con mucho amor le ayudo a contactarlos”.

Este hecho enluta al Ecuador y las personas muertas o afectadas por la explosión son más que datos, más que fríos números. Por los que ya no están, por los que luchan en una casa de salud para recuperarse físicamente y por sus parientes el deseo es uno solo: que haya justicia. (I)

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