Berlín, un amigo inseparable que es guía

DIARIO SÚPER/KARINA AMAGUAYA

Hace un año aproximadamente que Berlín, un perro guía, llegó a ser parte de la vida de Gabriel Bolaños, quien a los cuatro años de edad, perdió la vista, “por una travesura de niño”, como él mismo dice.

Cariñoso, inteligente, juguetón y sobre todo mimado, así es Berlín, quien fue amaestrado por la Escuela de Perros Guías Ecuatorianos, justamente para ser él quien marque el camino de Gabriel.

El primer requisito para que Gabriel pueda recibir a un perro guía fue ser una persona no vidente independiente; es decir, que con un bastón se pueda movilizar sin problema. Lo siguiente fue hacerle exámenes de personalidad para, de acuerdo a eso, entrenar a Berlín y que este pueda ser su guía.

Seis meses duró el tiempo para adaptación de ambos, los primeros meses Berlín cayó enfermo, por lo que no pudo salir de casa.

Una vez superado el malestar, ambos salieron de casa y hasta el día de hoy van juntos a todos lados.

Entre 30 y 40 minutos les toma movilizarse a pie, desde el sector de Las Casas, donde está ubicada la casa de Gabriel hasta el trabajo, en la Plataforma Gubernamental, al norte de Quito.

Berlín conoce muy bien el camino. Cuando llega a una puerta se detiene, lo mismo sucede en el ascensor.

“Puede sonar xenofóbico, pero cuando hay un venezolano cerca tiende a ser evasivo”, dice, Gabriel entre risas. Actitud que fue comprobada cuando una ciudadana venezolana que trabaja en el lugar intentó ser amable; él giró su cabeza e hizo que Gabriel se mueva.

Para que Berlín guíe a su amo debe portar un arnés especial, así como uno normal que va atado a su cuello y del cual, el dueño jala, si siente alguna distracción de la mascota.

En la oficina es el mimado de todos, tiene su pelota con la que juega mientras su amo trabaja.

Cuando golpea dos veces e codo de Gabriel es porque necesita algo, de lo contrario, está educado con horario para comer y ‘ensuciarse’. (I)