
Piyal Nishantha de Silva, ministro de la Mujer y el Desarrollo del Niño de Sri Lanka, asó como otros políticos, bebió públicamente una supuesta poción “milagrosa” contra el COVID-19, pero pese a las presuntas bondades del brebaje del que solo se conoce que tiene miel y nuez moscada, contrajo la contagiosa enfermedad y tuvo que ser ingresado en un hospital, según funcionarios del Parlamento, reseña AFP.
En diciembre miles de personas acudieron a una aldea del centro de Sri Lanka, pese a las las restricciones sanitarias para contener el avance de la pandemia, para obtener el jarabe fabricado por Dhammika Bandara, un carpintero autoproclamado “sabio”, que dice haber recibido una supuesta revelación hecha por Kali, diosa hindú de la muerte y de la destrucción del mal, con los ingredientes de la poción que fue incluso promocionada por medios progobierno.
El número de infecciones debido al nuevo coronavirus en Sri Lanka, con más de 21 millones de habitantes, está en aumento desde octubre, pasando desde entonces de 3.300 contagios confirmados y 13 muertes a más de 53.750 contaminados y 270 decesos al presente.
Más tarde, el gobierno se distanció de Bandara, cuyo preparado había sido aprobado como suplemento alimenticio por la Unidad oficial de medicina del país. “Aunque algunos parlamentarios lo han ingerido, el gobierno no lo apoya”, afirmó Keheliya Rambukwella, ministro de Información y Medios de Comunicación. (I)